El uso y el abuso.


Uso…

Cuando el doctor nos avisa que estamos infectados por una bacteria, quiere decir que estamos albergando millones de bacterias de un mismo tipo. Al recibir un tratamiento antimicrobiano efectivo, la mayor parte de ellas se muere y nosotros nos curamos, pero siempre puede haber unas cuantas que sobrevivan al fármaco empleado: son microbios que ya poseen RAM. La descendencia de estos microbios mantendrá esa capacidad de resistir el ataque con un fármaco particular, pues está codificada en sus genes. Pero en muchas ocasiones también la transfieren a otros tipos de bacterias que están en el mismo hábitat, ya sea porque comparten con ellas su información genética o porque al morir el ADN que contienen sus genes queda en el ambiente y otros microorganismos lo incorporan al suyo.




Una manera de minimizar la probabilidad de que los microbios sobrevivan el tratamiento es exponerlos al mismo durante un periodo prolongado: de ahí la importancia crucial de terminar completamente los tratamientos que nos recetan los médicos, aunque a los pocos días ya nos sintamos bien y estemos tentados a abandonarlos.



Abuso…

Si con la administración de un tratamiento antimicrobiano justificado siempre está presente el riesgo de inducir la aparición de la RAM, imaginemos cuando los tratamientos no están necesariamente justificados. ¿A qué me refiero? En muchas ocasiones se recetan tratamientos con antibióticos de manera injustificada; por ejemplo, para tratar una infección de garganta en niños. A pesar de las buenas intenciones de los doctores, la mayor parte de las veces este tratamiento no es adecuado: 90% de las infecciones de garganta son causadas por virus, y los antibióticos no matan a los virus. Y desde luego está el enorme problema de la automedicación: cuando la gente se autorreceta antibióticos: decide que, si comparte síntomas de una enfermedad con una persona, también puede compartir sus pastillas; o que, si se siente mal, en vez de consultar a un médico, lo más práctico es tomarse esas pastillas que sobraron de cuando el doctor le recetó antibióticos.


Además, los antibióticos se utilizan de manera más o menos indiscriminada para muchas cosas aparte de tratar infecciones de personas y animales domésticos. Para darnos una idea de la dimensión de esto, basta una estadística: en varios países desarrollados, 50-80% de los antibióticos se emplean en el sector pecuario (productor de ganado) y el resto para tratar infecciones bacterianas en humanos, cultivos, mascotas y peces cultivados. Desde los años 40 se observó que usar antibióticos de amplio espectro (que matan a varios tipos de bacterias) como tratamiento preventivo de infecciones resulta en un mayor crecimiento de los animales criados en granjas, como vacas, cerdos y pollos. Hoy en día más o menos la mitad de los antibióticos empleados en el sector pecuario se utilizan como promotores de crecimiento. Y estamos hablando de una cantidad inmensa de antibióticos: a nivel mundial, se producen 20 toneladas de estos antimicrobianos cada hora.


Así, de manera tanto justificada como no tanto, los humanos estamos arrojando al ambiente –literalmente– toneladas de antibióticos que fomentan la aparición de la resistencia antimicrobiana y la selección y supervivencia de los microbios que la exhiben. Para cerrar esta idea, es importante destacar que, aunque ese proceso se acelera con la mayor exposición de los microbios a los antimicrobianos inducida por el ser humano, la aparición de la RAM es un fenómeno natural que ha sucedido en la Tierra desde hace millones de años. La mayor parte de los antibióticos que se conocen son producidos por los microbios del suelo, que los utilizan para mantener a raya a las bacterias, quienes desarrollan resistencia para poder subsistir; y esta microscópica carrera armamentista probablemente es tan antigua como la vida misma.


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Referencias bibliográficas:
OMS. En: Infografías de la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de Antibióticos [en línea]. Actualizada noviembre 13, 2017. [Fecha de consulta: 23 de abril, 2019] Sitio web: https://www.who.int/campaigns/world-antibiotic-awareness-week/2017/infographics/es/

OMS. En: Resistencia a los antibióticos [en línea]. Actualizada febrero 5, 2018. [Fecha de consulta: abril 22, 2019]. Sitio web: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/resistencia-a-los-antibi%C3%B3ticos

OMS. En: Dejemos de administrar antibióticos a animales sanos para prevenir la propagación de la resistencia a los antimicrobianos [en línea]. Actualizada noviembre 7, 2017. [Fecha de consulta: abril 23, 2019]. Sitio web: https://www.who.int/es/news-room/detail/07-11-2017-stop-using-antibiotics-in-healthy-animals-to-prevent-the-spread-of-antibiotic-resistance

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